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Bosquejos
UNA VISIÓN DE GLORIA
Exodo 3:1–10
Realmente nadie puede
servir a Dios fielmente sin esta visión.
Es verdad que Moisés
aprendió mucho en las escuelas egipcias.
Pero el saber humano no
tiene prioridad al saber de Dios.
Pablo rechazaba la
eficacia de filosofías humanas. (1 Cor. 2:2-5).
Dios había dicho a Abraham
que su simiente sería librada,
y Dios siempre cumple sus
maravillosas promesas. (Gén. 15:13-14).
I. FUE
UNA VISIÓN DEL SEÑOR MISMO
Hay una experiencia que se
llama del fracaso y del desaliento.
La historia de Moisés
comenzó con un rotundo fracaso.
Había en su vida dos
corrientes, vida de Egipto y su raza.
Primero el mundo con toda
su majestad, esplendor y energía.
Segundo la revelación de
Dios, mediante sus padres de
LEVI.
Su esfuerzo, aparentemente
legítimo, fue sofocado. (2:14).
Huyó al desierto, y allí
vio la zarza y oyó la voz de Dios.
II. FUE
UNA VISIÓN DE PERMANENCIA
Esa zarza habla de Israel
pues es pueblo que “no se consume”.
En su aflicción en Egipto
no pudo ser aniquilado. (1:12).
Esa zarza habla de Jesús,
ni la cruz pudo consumirlo.
Cada iglesia fiel a su
Señor, aunque pequeña, es zarza ardiendo.
Dijo Gamaliel (Hch.
5:38-39); “Si es de Dios, no la podréis destruir.”
Hay fuerzas que quemarán
lo carcomido, pero jamás lo de Dios.
Esa zarza nos da una
visión de permanencia. (Heb. 13:8).
III. FUE
UNA VISIÓN DE PUREZA
El secreto de la
permanencia estriba precisamente en la pureza.
Dios le recuerda que su
fracaso fue porque no fue puro. (4:6-7).
Aquella mano leprosa le
hablaba de su esfuerzo humano sin Dios.
Todo lo que no es puro
está destinado a desaparecer. (Prov. 14:34).
Sabemos que la corrupción
siempre traerá muerte. (Hch. 5:9).
IV. FUE
UNA VISIÓN DE PODER
Detrás de la pureza hay un
Dios todopoderoso. (6, 11, 14-15).
Abraham era diferente de
Isaac e Isaac de Jacob.
Dios era el Dios de cada
uno de ellos y también de Moisés.
El Dios de un pueblo que
ya no parecía pueblo en Egipto.
Pueblo débil, embrutecido,
pero he aquí Dios todopoderoso.
Cada zarza ardiendo
contiene la luz de Dios. (Mat. 5:8).
Sólo los que abren los
ojos y quitan sus zapatos oyen a Dios.
RASGOS DE LA HISTORIA DE MOISÉS
Éxodo 3:1–14; 4:1–17
Su vida puede dividirse en
tres períodos iguales de cuarenta años.
En la corte de Faraón, en
el desierto y en el viaje a Canaán.
Estos tres períodos son
indispensables para todo fiel creyente.
Conocimiento, visión
divina, actividad y lucha en el camino.
I. MOISÉS
COMISIONADO
En realidad Moisés tuvo
que hacer frente a cuatro realidades.
1. Con
Dios mismo, Moisés tiene que saber quién lo envía. (3:15).
2. Con
Israel, (3:16-17) No como la primera vez, sin comisión.
(2:11-14).
3. Con
Faraón, (3:18-20) Viaje de tres días, recuerda la resurrección.
4. Con
los egipcios, (3:21-22). Pagarían los sueldos atrasados.
Los israelitas se
alegrarían al saber su misión oficial. (3:16).
Israel comenzaría una vida
nueva. Vida de resurrección.
II. LOS
PRETEXTOS DE MOISÉS
Cinco veces Moisés procuró
evadir su responsabilidad.
1. Falta de suficiencia
(3:11). 2. Falta de conocimiento (3:13).
3. Falta de autoridad
(4:1). 4. Falta de palabra (4:10).
5. Falta de ganas (4:13).
En otras palabras, no quiero responsabilidad.
Vemos la modestia de Dios.
El YO divino y el
yo humano.
El
YO divino
representa todo; el yo humano no significa nada.
Este proceder desagrada a
Dios y empobrece la vida cristiana.
III. LA
PACIENCIA Y LONGANIMIDAD DE DIOS
Esperaríamos que Moisés
dijera: “heme aquí” o “¿qué quieres que haga?”
Tal vez el recuerdo de su
primer fracaso lo hizo vacilar.
Cuando se obra sin Dios es
seguro que vendrá el desaliento.
Así somos: o demasiado
rápidos o demasiado lentos, sin paciencia.
Desde que mató a aquel
egipcio se hizo desconfiado y temeroso.
Es evidente que no
confiaba suficientemente en Dios (Sal. 66:18).
IV. LOS
PELIGROS DE PERDER LO PRIMERO POR LO SEGUNDO
Su tardía sumisión hizo
que le restara el honor que le esperaba.
Rehusó ser el único
mensajero y tuvo que compartir con Aarón (4:14).
Ciertamente no fue Aarón
lo que debía de haber sido para Moisés.
Fue Aarón el que levantó
el becerro de oro en el desierto. (32:21).
Así anduvieron cuarenta
años dando vueltas sin poder entrar en Canaán.
Nosotros estamos al borde
de la bendición, mas sin bendición.
LA GUERRA CON AMALEC
Éxodo 17:9–16
Amalec desciende de Esaú,
que siempre aborreció a Israel.
Su origen fue en su
desprecio de la primogenitura. (Gén. 25:29-34).
Es la primera vez que
Israel se encuentra ante un enemigo.
Hasta aquí Jehová peleó
por ellos. (Ex. 14:14). Ahora “escogeos” (9).
I. AQUI
HAY DOS LUCHAS
No sería una lucha
confiada al esfuerzo y estrategia humana.
Por primera vez se
menciona aquí Josué como “capitán de nuestra salud”.
El dirigirá la batalla
abajo. Es tipo del Señor Jesús que vino.
El secreto de la victoria
estaba arriba. Moisés sobre la cumbre.
Aquellas manos alzadas
hablan de la continua oración.
Son las manos que llegan
hasta el mismo trono de Dios.
“Quiero … que oren en todo
lugar, levantando manos santas.” (1 Tim. 2:8).
¡Qué consuelo es saber que
el Señor nos dará la victoria!
II. AQUI
HAY DOS PODERES
Amalec representa el poder
de la carne. (Gál. 5:17).
Israel representa el poder
del Espíritu.
Saúl fue desechado por no
destruir a los amalecitas. (1 Sam. 15:15, 23).
La guerra contra Amalec es
para siempre “de generación en generación. (16)
III. AQUI
HAY DOS CONTRASTES
El conflicto empezó al
declararse Israel contra Amalec.
La luz repele a las
tinieblas (1 Tes. 5:5-9). Hijos del día.
El Don del Espíritu Santo
nos conduce a luchar. (Ef. 6:12).
Donde todo está oscuro,
nunca hay lucha. (Ef. 5:14).
La más pequeña lucha es
motivada por la presencia de la luz.
Las victorias no se
obtienen a obscuras y menos durmiendo.
IV. AQUI
HAY DOS RESULTADOS
Amalec derrotado y
deshecho. Israel victorioso e íntegro.
Lucha en el valle e
intercesión en el monte, van juntas.
Cristo ahora está arriba a
la diestra de Dios intercediendo.
El Espíritu Santo abajo
guiándonos, peleando por nosotros.
Curación es siempre
después de la herida. La paz, después de la espada.
Cristo fue herido por
nuestros pecados … (Is. 53:5).
Cada creyente tiene
adentro su “Amalec”. Debe crucificarlo (Gál. 6:14).
LOS DIEZ MANDAMIENTOS
Éxodo 20:1–17; 24–26
I. FUENTE
ORIGINAL DE LOS MANDAMIENTOS (Éxodo 20:1-2)
Habló Dios, (1) entre
truenos (18). Obra de Dios. (Ex. 31:18; 32:15-16).
Por siglos se guardaron en
el Arca. Posible destrucción, cautiverio.
No necesarios en Edén,
(inocencia), (Rom. 3:19-20; Gál. 3:24).
Jehová no se presenta en
su soberanía y poder. Sino en actitud. (2)
“Te saqué” (2). Pueblo
esclavo, salvo por gracia. Así salva Jesús.
El Verbo que liberó en
Egipto. Así Jesús, (Mat. 5:1-12) monte.
Estos diez mandamientos se
dividen en dos grupos distintos.
Nuestras relaciones entre
Dios y el hombre y entre hombre y hombre.
II. RELACIONES
ENTRE DIOS Y EL HOMBRE (Éxodo
20:3-11)
1. Objeto
del culto: ¿más placer que oración; otro libro que la Biblia.
Otro
hogar que la Iglesia; mesa que comunión; amigo que Jesús?
2. Cómo
celebrar el culto. Tres
NO; Imagen, adorar y servir.
Sólo
Cristo es la imagen perfecta. (Col. 1:15), (Jn. 4:22-24).
3. Espíritu
del culto. Reverencia es la base. Así el Padre nuestro.
Hay
aquí tres puertas: 1. Filiación 2. Reverencia y 3. Obediencia.
4. Tiempo
del culto. Alimento doble, para el alma y para el cuerpo.
“No
sólo de pan vivirá el hombre” (Mat. 4:4) y para el alma (Mat.
5:6).
III. RELACIONES
ENTRE HOMBRE Y HOMBRE (Éxodo
20:12-17)
1. Perder
el respeto al padre y la madre es motivo de desconfianza.
2. El
derecho de la vida ajena o propia es de Dios. Guerra es crimen.
3. En
la economía de Dios la santidad comienza en la pureza.
4. Nadie
debe tomar para sí lo que pertenece a otro.
5. Lo
que tiene hoy aplastada a la humanidad es la deshonestidad.
6. El
ambicioso quiere mandar; el avaro, oro; el codicioso, ser dueño.
Dos parábolas. El pródigo
amor de Dios, samaritano al prójimo. (Mat. 22:37-40).
IV. COMO
ACERCARSE A DIOS (Éxodo
20:24-26)
Hay dos altares y dos
negaciones: tierra y piedra. Pico y gradas.
Tierra habla de Adán,
piedra de Cristo. Obra no debía labrarse.
Gradas, es que Dios viene
a nosotros. El nos amó primero. (1 Jn. 4:19).
Leemos en Hebreos:
“tenemos un altar” y está unido a Jesús y su obra.
Dios se acerca a nosotros
por medio de Jesús. (Heb. 12:18-24).
En Jesús tenemos nuestro
altar: Revelación, Sacrificio, Comunión y Consagración.
EL FUEGO SOBRE EL ALTAR DEL HOLOCAUSTO
Levítico 6:8–13
La antigua costumbre del
ritual judaico es muy hermosa y sugestiva.
El fuego tiene que ver con
el ALTAR DEL HOLOCAUSTO
DEL TABERNÁCULO.
Se dan instrucciones
precisas para que el fuego arda siempre. 12-13.
I. EL
ORIGEN DEL FUEGO DEL ALTAR
Estaba en Dios mismo
(9:24). Se prepara altar, leña y víctima.
La sangre de la víctima es
derramada sobre el altar. Falta fuego.
Por perfecta que sea la
máquina, sin fuego adentro no marchará.
Más tarde se repitió en la
dedicación del templo. (2 Crón. 7:1).
Al llegar Pentecostés cayó
fuego de Dios. (Hch. 2:3).
El fuego divino tiene su
influencia benéfica en nuestro ser.
II. LA
CONTINUACIÓN DEL FUEGO DEL ALTAR
Dios quiso enseñar a su
pueblo que debía ser un fuego continuo.
Conservar encendido el
altar; oración privada, vida piadosa.
Templo, altar familiar,
lugares donde se enciende el fuego. (Sal. 39:1-3).
Devoción privada es la
esencia, la evidencia; barómetro de fe.
¡Que arda en nosotros el
“sebo” de nuestra devoción íntima!
No se trata de prácticas
intermitentes sino continuadas.
¿No tienes motivos para
orar? Ora por tu iglesia y por ti mismo.
Usemos la Palabra de Dios
como combustible. (Luc. 24:32).
III. LA
IMPORTANCIA DEL FUEGO DEL ALTAR
No era el altar el que
daba al fuego su carácter sagrado.
Sino al revés. Los
principales sacrificios del altar eran tres.
1. HOLOCAUSTO.
Simboliza el perfecto sacrificio de Jesús.
Para
el cristiano significa completa consagración a Dios.
2. DEL
PRESENTE. Simboliza la perfecta humanidad de Jesús. (Rom.
12:1).
Para
el cristiano significa la devoción diaria dando lo mejor.
3. DE
LAS PACES. Simboliza al Señor haciendo la paz. (Ef.
2:13-19).
Para
el cristiano significa nuestro reconocimiento y gratitud.
IV. LA
CONSTANTE LIMPIEZA DEL ALTAR
Esas cenizas recuerdan dos
cosas: a) antes eran leña; b) ahora estorbo.
Cosas dañinas deben ser
retiradas del corazón. (Ef. 4:21-32).
Transformará
maravillosamente nuestras vidas, (el sol sobre rocío).
Que parecen perlas o
prismas relucientes cual hermoso arco iris.
Así este fuego mantiene
fiel el espíritu, el alma y el cuerpo. (Apoc. 2:10).
EL PECADO DE CHISMEAR
Levítico 19:13–17
La etimología de la
palabra “chisme” viene de “eisma” es corte, rotura o división.
Los cismáticos rompían la unidad del dogma.
Al observarse que muchos
“eismas” se fundaron en ideas falsas, entonces significó
mentira, embuste, lo que entendemos por
CHISMEAR.
La Palabra de Dios nos
prohíbe divulgar rumores no confirmados.
I. ¿QUE
ES EL CHISME? (Levítico
19:16)
El cuchicheo de María y
Aarón es cosa de hoy. (Núm. 12:1-2, 8).
Posiblemente Aarón quiso
ser el jefe y María la profetisa (2).
¡Cuán poco ha cambiado la
naturaleza! Era su propio hermano.
La reputación de los hijos
de Dios debe ser para nosotros preciosa.
No debiéramos ayudar al
Diablo deshonrando la Iglesia y su Señor.
Algunos necesitan frenos
en la lengua, otros piensan justificarse.
II. CONSECUENCIAS
DEL CHISME
Triple daño, el que lo
cuenta, el que lo oye y a quien se refiere.
María y Aarón hablaron muy
bajito, pero “LO OYÓ
JEHOVÁ” (Núm. 12:2).
Hablaron de la piel negra
de su cuñada, (Núm. 12:1). Y su piel se
volvió en la blanca llaga
de la lepra. (Núm. 12:10).
Los hijos prudentes de Noé
cubrieron la desnudez de su padre,
pero el que se expuso a
mirarle recibió una espantosa maldición.
Quizás nosotros mismos
necesitamos clemencia. (Núm. 12:11).
III. COMO
LIBRARNOS DEL CHISME
Escuchar al chismoso con
agrado o tolerancia, lleva su culpa.
Es quebrantar la segunda
tabla de la Ley; “amarás a tu prójimo …”
Nadie embadurna a aquel a
quien ama en verdad. (Mat. 22:39).
Dice Salomón: “donde no
hay chismoso, cesa la contienda” (Prov. 26:20).
Toda amonestación debe ser
con amor y en la cara, no de espalda.
Esto es honradez fraternal
y tiene la aprobación de Dios.
“Pero si os mordéis y os
coméis … mirad que no os consumáis” (Gál. 5:15).
IV. LA
GRANDEZA DE LIBRARNOS DEL CHISME
Moisés era hombre “MANSO”
(Núm. 12:3). Dijo el Señor (Mat. 11:29).
Fue humilde de corazón: en
vez de resentirse, perdona. (Núm. 12:13).
No es celoso con Eldad y
Medad, que prediquen. (Núm. 11:26-29).
Moisés sabía que nadie
podía elevarlo ni hundirlo de su posición.
Jesús oró por sus
transgresores. Nos enseñó el Padre Nuestro.
Nadie puede llamarse
cristiano si chismea en vez de perdonar.
LA INCREDULIDAD FRENTE A LA FE
Números 13:17–34
En Génesis vemos al hombre
arruinado; en Éxodo, redimido.
En Levítico al hombre
adorando y en Números sirviendo a Dios.
Números aunque es libro de
peregrinaciones, puede llamarse de
“MURMURACIONES”.
Porque de principio a fin
está lleno de rebeliones y quejas.
Así lo confirma el Sal.
95:10, “Cuarenta años estuve disgustado …”
I. EL
ENVÍO DE ESPÍAS A LA TIERRA DE CANAÁN
Aunque Dios lo indica, (v.
3), el deseo se originó en el pueblo. (Deut. 1:22).
Revelaron su falta de
confianza en Dios y su inclinación al pecado.
El testimonio de Dios
debía bastarles. (Lev. 20:24; Deut. 8:7-10).
¿Había acaso un solo sitio
en la tierra de Canaán que Dios no conociera?
¿No conocía Dios las
dificultades? ¿No podría él vencerlas?
Huyamos de bujías
peligrosas, arenas movedizas y escollos mortales.
Dejándonos guiar por Dios,
nunca necesitaremos guías humanas.
II. ¿POR
QUE DIOS PERMITIÓ EL ENVÍO DE ESOS ESPÍAS?
Dios nunca aprueba los
planes humanos, pero los permite.
La designación de un rey,
significó el rechazo de Dios (1 Sam. 8:7).
Sin duda que al fin “todo
obra para el bien de los que le aman”.
(Sal. 106:15). Les dio lo
que pidieron; cosecharon flaqueza y muerte.
El envío de espías puso de
manifiesto su incredulidad y todo se complicó.
III. EL
INFORME DE LA INCREDULIDAD
No podemos subir más ni
ser más fuertes que donde estamos.
La incredulidad siempre
hallará imposibilidades. (v. 32).
A pesar que hallaron la
tierra conforme se les aseguró. (v. 27).
Vieron aquellos hombres
demasiado grandes y ellos se vieron pequeños.
No pensaron que serían
aquellos gigantes ante el Todopoderoso.
Vieron muchos “peros”,
pero no vieron a Jehová de los ejércitos.
Su incredulidad rebajó al
Señor al nivel de una langosta.
IV. EL
INFORME DE LA FE
La incredulidad procura
acercarse a Dios a través de dificultades.
Pero la fe afronta las
dificultades conjuntamente con Dios.
La fe no es ignorante ni
descuidada; introduce a Dios en todo.
La fe siempre dice:
“Subamos luego, y poseámosla; que más podremos” (v. 30).
2 Cor. 1:20 “todas las
promesas de Dios son en él sí y en él amén.”
Si primero miramos a Dios,
nuestros “goliats” serán como langostas.
LAS SERPIENTES DEL DESIERTO
Números 21:4–9
Nuestro Señor da la clave
interpretativa en Juan 3:14-15.
Jesús recuerda a Nicodemo
aquel hecho creído por todos en la antigüedad.
Israel olvidó los juicios
de Egipto y su libertad alcanzada.
Sólo pensaban en
satisfacciones estomacales antes que espirituales.
Se originan las serpientes
venenosas por sus murmuraciones. (5)
I. LA
REALIDAD DEL PECADO
No se trata de un juego de
palabras e ideas fantásticas.
Desgraciadamente la
presencia de serpientes se hace sentir.
Todo pecado es siempre
contra Dios (v. 5) (Mat. 25:41-46).
Pecaron contra toda la Ley
de Dios.
Las gentes buscan sus
satisfacciones en la carne y en el mundo.
“Pan liviano”. Las
provisiones de Dios llegan a ser un fastidio.
Hallan su satisfacción en
todo lo que el “Egipto” puede darles.
II. LOS
RESULTADOS DEL PECADO
El pecado nos pone siempre
a merced de las serpientes.
2 Cor. 4:4; nos ciega. Ef.
2:2; mundanaliza y domina. (1 Jn. 5:19).
¡Cuántas lágrimas! Por los
sufrimientos que está causando.
No hay quien escape; no
hay medicina; y al fin mata. (Rom. 6:23).
Estas serpientes hablan de
Satán con su astucia y su engaño.
A causa de las
murmuraciones muchos murieron. (Sal. 58:1-5).
III. EL
REMEDIO SEÑALADO
Los ruegos de Moisés no
sirvieron para alejar a las serpientes.
Pero Dios les provee de un
remedio contra el veneno mortal.
El pecado sigue su obra
destructora, pero el remedio está en Jesús.
La serpiente levantada fue
semejante, mas sin veneno. (Rom. 8:3).
Así se identificó Jesús en
la cruz para salvarnos. (2 Cor. 5:21).
Fue el único remedio de
SALVACIÓN que
Dios señaló. (Jn. 3:14-16).
IV. LA
VALIDEZ DEL REMEDIO
La posibilidad de salvarse
fue cuando Israel confesó su pecado (7).
Si la ciega murmuración
inevitablemente trajo juicio (v. 6),
la sincera humillación y
confesión aseguraron la salvación. (v. 9).
El medio ya estaba, sólo
faltaba apropiárselo para ser eficaz.
Tal remedio no fue
revelado a las obras sino a la fe. (Is. 45:22).
No debían mirarse a sí
mismos ni a otros, sino a la serpiente.
Aquella serpiente habla de
Jesús en la CRUZ
del Calvario. (Jn. 3:15).
Mirar es más fácil que
darse vuelta, o levantar una pierna.

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